La Vía de la Plata es un camino romano que destaca por las magníficas obras de fábrica de la antigua calzada romana y los abundantes miliarios que la recorren. Y, desde antaño, tal vez por la visibilidad de esas estructuras, ha despertado gran interés entre viajeros y eruditos, que describieron su trazado y sus peculiaridades en detalle. Han llegado hasta nuestros días escritos que se han convertido en fuente para posteriores investigadores. Algunos de ellos se centraban en la lectura de los miliarios, como fue la tendencia habitual en el siglo XVI, aunque también encontramos trabajos como el de Luis José de Velásquez y Velasco que viajó por la Península con la intención de reunir materiales para redactar un gran proyecto como era la redacción de Historia de España.
Entre los muchos estudiosos interesados en el Camino o Vía de la Plata, se encuentra también Vicente Paredes. De hecho en su libro, Origen del nombre de Extremadura, publicado en Plasencia den 1886, hace una detallada descripción de la calzada a su paso por Extremadura, destacando sitios de interés como la ciudad romana de Cáparra.
“En el sitio inmediato a Casa Blanca, está la ciudad arruinada Cáparra, que conserva el nombre antiguo, y que fue mansión de este camino. Tiene esta población arruinada, en su centro cuatro pilares en que apoyan aristas de una bóveda de planta cuadrada y cuatro arco, uno en cada cara del edificio que cubre la bóveda. Por debajo de él pasa el camino y en los frentes que dan al camino, tiene en cada uno dos columnas adosadas en los ángulos que sostenían el entablamento que ya ha desaparecido, por cima de la archivolta de los arcos apoyados en pilastras anuales. Entre las columnas y las pilastras en la fachada del Poniente se ven dos pedestales de estatuas. Dicen algunos que este edificio fue un arco de triunfo. La calzada atraviesa la población de N. E. a S. O. y mide dentro del recinto desde una a otra puerta quinientos metros y de S.O. a N. O. en dirección al río, unos seiscientos metros. La muralla tiene seis pies escasos de espesor; estaba construida de piedra sin labrar y tierra toda ella, excepto en las puertas, que eran de piedra labrada y mortero de cal. A la parte N. E. en lo más elevado, se ven las ruinas de un gran edificio. El arco debió estar en el centro del foro, a juzgar por la situación e importancia de los vestigios que le rodean. Fuera del recinto se ven asomar los fustes de las columnas de un templo, mantenidos en su sitio por el terraplén que el cubre hasta bastante altura. Sobre el río, que corre inmediato a la muralla, se conserva un puente de aquella época. Todos los indicios de las ruinas indican sufrió esta población una destrucción violenta, por lo que sería muy útil para nuestros museos una exploración hecha bajo la dirección de una persona competente”.
Fragmento de Origen del nombre de Extremadura, el de los antiguos y modernos de sus comarcas, ciudades, villas, pueblos y ríos; situación de sus antiguas poblaciones y caminos. 1886.
Vicente Paredes en su centenario (1916 - 2016) 